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Lo que nos está tocando vivir es difícil para todos. Debemos cargarnos de paciencia y no desesperarnos. Desde Brain Psicólogos os dejamos varias recomendaciones para saber lidiar con la ansiedad ante la crisis del coronavirus.

Aunque no nos demos cuenta, nuestro estado psicológico está siempre influido por lo que ocurre a nuestro alrededor: las emociones no surgen en el vacío ni nacen espontáneamente en nosotros.

Es por eso que, cuando ocurre un cambio radical en lo que nos rodea, nuestras emociones y disposiciones psicológicas también cambian, lo queramos o no. Y, desde luego, la pandemia global causada por el coronavirus SARS-CoV-2 es un cambio que ha sacudido los cimientos de nuestra sociedad. Como consecuencia, este virus no solo ha tenido un impacto en la economía, la política y hasta en nuestra movilidad: también lo ha tenido en nuestras mentes.

En este artículo veremos algunas ideas, consejos y recomendaciones para saber lidiar con la ansiedad producida por la pandemia del coronavirus, dado que este estado psicológico es uno de los más frecuentes entre quienes ven su vida limitada o incluso comprometida por el riesgo del COVID-19 (la enfermedad del coronavirus) y por las medidas que los gobiernos están tomando para ponerle freno.

Photo by Nik Shuliahin on Unsplash

Ideas clave para afrontar la ansiedad por coronavirus

Ante la situación de confinamiento en casa por la que están pasando muchas personas a causa del coronavirus, es normal sentir ansiedad. Sin embargo, no es un problema inevitable, porque podemos tomar el control de la situación haciendo que no nos afecte psicológicamente de una manera muy negativa. Veamos algunos consejos al respecto de esto.

1. No obsesionarse con la información

Hay que ser muy selectivo con la información: ante los temas de salud, más que nunca, la calidad es más importante que la cantidad. Hay que controlar las ganas de saberlo absolutamente todo acerca del virus para no entrar en una espiral de hipocondría, es decir, temor constante y sospechas de estar viendo todo el rato síntomas de la enfermedad.

2. Dormir bien y comer bien

Cuando cambiamos radicalmente de hábitos, es fácil caer en hábitos dañinos para nuestro cuerpo, como dormir poco y comer mal. Esto genera un desgaste en nuestro cuerpo, que a la vez nos predispone a sufrir ansiedad y bajo estado de ánimo; es por ello que cuidando estos aspectos de la cotidianidad estaremos protegiéndonos contra la aniedad.

3. Mantener la mente activa

Que no podamos movernos mucho para evitar el riesgo de contagio no significa que nuestra mente también deba permanecer quieta. De hecho, ocurre más bien lo contrario.

El motivo de esto es el siguiente: lo queramos o no, lo más probable es que en situaciones en los que nos vemos obligados a renunciar a muchos de nuestros hábitos, caigamos en la trampa de la rumiación psicológica: centrar nuestra atención en pensamientos angustiantes acerca de lo que pasa o lo que podría pasar, y darles vueltas constantemente a esas ideas, dándoles cada vez más poder.

Dado que hagamos lo que hagamos nuestra mente va a estar muy activa, lo mejor es asegurarse de que eso sea algo beneficioso para nosotros, en vez de convertirse en obsesiones. Por ello, para mantener a raya la ansiedad es recomendable sumergirse en tareas que absorban nuestra atención, que nos resulten estimulantes y tengan la capacidad de interesarnos: leer un libro que tenemos pendiente, dibujar, bailar, etc.

4. Ponerse horarios

La procrastinación, o tendencia a dejarlo todo para más tarde, es un fenómeno al cual estamos más expuestos cuando pasamos mucho tiempo en casa, y eso nos lleva a vivir de manera desorganizada y expuestos a situaciones ansiógenas: por ejemplo, es lo que pasa cuando hemos estado mucho tiempo viendo vídeos en Internet y al llegar la noche nos damos cuenta de que apenas hemos estudiado para un examen.

Para ello, es importante estructurarse el día a día y ponerse horarios que actúen como referencias temporales. Si es necesario, también podemos usar alarmas y recordatorios.

Conclusión

Con la propagación del coronavirus llega la necesidad de adaptarse a un problema que es económico y de salud, pero también psicológico.

Por ello hay muchos hábitos recomendables que puedes poner en práctica día a día para protegerte de la angustia y de los pensamientos que te generan ansiedad, y además, incluso si no son suficientes para mantener la armonía emocional, siempre puedes recurrir a la terapia online. No podemos hacer desaparecer el virus, pero sí podemos hacer mucho a la hora de velar por nuestro bienestar psicológico.

Referencias bibliográficas:

  • Stephan WG, Stephan CW (1985). Intergroup Anxiety. Journal of Social Issues.
  • Nestadt, G.; Samuels, J.; Riddle, M.A.; Liang, K.I. et.al. (2001). The relationship between obsessive–compulsive disorder and anxiety and affective disorders: results from the Johns Hopkins OCD Family Study. Psychological Medicine 31.
  • Warwick, H. M. C. (1989). A cognitive-Behavioural Approach to Hypochondriasis and Health Anxiety. Journal of Psychosomatic Research, 33 (6), 705-711.

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